No hay nada más frustrante que buscar una herramienta que simplemente no existe. Así empezó esta historia. Para realizar procedimientos de modificación corporal, en especial los implantes subdérmicos, uno necesita algo tan específico como un elevador de piel. Y adivina qué: no hay tal cosa en el mercado.
Busqué por cielo, tierra y quirófano. Me sumergí en el mundo del instrumental quirúrgico dental y encontré algo que casi servía: un separador de encías. Pero no, esas palitas eran tan finas como hojas de afeitar, y tan cortas que al intentar crear un canal subdérmico, se quedaban a medio camino. La frustración era real. No se las recomiendo ni al enemigo.
#Separador de encia
Como no soy de los que se quedan quietos —y mucho menos me resigno— tuve una epifanía: ¿y si creo yo mismo el instrumental que necesito? Así nació la idea de fabricar mis propias espátulas elevadoras de piel. Un set entero, hecho a medida, para implantes 3D. Hechas por y para modificadores.
El primer paso fue poner mi visión en papel. Diseñé cada espátula con detalle casi quirúrgico: vista en planta, perfil y alzado. Cada ángulo, cada grosor, cada dimensión, tenía una razón de ser. Especialmente la pala: ni tan fina como para cortar, ni tan gruesa como para no entrar. El equilibrio perfecto para separar piel con precisión, sin daño, en un entorno controlado.
#Dimensiones de los cabezales
Cuando ya tenía las palas claras, pasé al diseño de las varillas. Aquí no podía improvisar: debían tener la longitud necesaria para hacer un canal de tamaño considerable, pero también ser aptas para esterilización. Pensé en todo. Las diseñé desmontables: varilla con una rosca discreta y un cabezal, para poder meterlas en un autoclave convencional.
#Dimensiones de las varillas
Y luego, el mango. Esa parte que parece la menos importante pero que define la experiencia completa. Tenía que ser macizo, ergonómico, sin esquinas vivas. Diseñado para caber en la palma de una mano promedio como un guante quirúrgico. Ni muy largo ni corto, ni pesado ni liviano. El balance justo. Lo que llamamos: diseño con propósito.
#Dimensiones del mango
Una vez tuve la primera versión en la mano, me senté, la giré, la sentí. El peso, el agarre, el rendimiento… Algo no terminaba de convencerme. No me malinterpretes: funcionaba. Pero yo no busco herramientas que simplemente funcionen. Busco perfección funcional. Así que, como todo en la vida que merece la pena, le di una vuelta más.
#Dimensiones del mango con la espatula enroscada
Rediseñé la herramienta por completo. Segunda versión: más robusta. Aumenté el grosor de la varilla para mayor estabilidad. Reduje el tamaño de las palas más grandes, que eran demasiado invasivas. Acorté la rosca —la original era algo incómoda— y afiné cada detalle con precisión quirúrgica. Ah, y por supuesto, cambié el acero por un 316L, ideal para el contacto corporal y la esterilización. Más calidad, más durabilidad, más profesionalidad.
#Conjunto de espátulas de la primera versión
Mandé fabricar 10 sets completos de esta segunda versión. Hoy están desperdigados por el mundo: en talleres, estudios y manos expertas. Me quedaban solo dos sets. Y se quedaron en Chile. Uno con Diego, el otro con Juan Pablo, dos alumnos brillantes de mi último seminario internacional de modificación corporal. Me enorgullece saber que mis herramientas están siendo utilizadas por profesionales que valoran la técnica tanto como yo.
#Conjunto y diseño final de la segunda versión
Pero no, no terminó ahí.
Porque si algo me define, es que nunca me detengo. Lo que para muchos sería la versión final, para mí era solo el penúltimo paso. Así que, sí: diseñé una tercera versión, y ahora sí, la definitiva. Refinada hasta el último milímetro. Un proceso que comenzó allá por 2017, con las primeras ideas garabateadas en un cuaderno. En 2019 empecé a probar las primeras piezas. Y ahora, en pleno 2025, después de años de ensayo, error, diseño y mejora, mi tercera versión está por llegar en exactamente un mes.
Estoy ansioso, sí. Pero también tranquilo. Porque sé que esta tercera versión resume todo lo aprendido, todo lo vivido. Estas espátulas no son solo herramientas: son el resultado de la obsesión por la mejora, la búsqueda de la excelencia y el amor por un arte tan visceral como hermoso: la modificación corporal.
#Diseño final de la tercera versión
Si quieres reservar tu Set de elevadores de piel para implantes, aquí puedes realizarlo.
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